Tus emociones tienen derecho a tener VOZ.
Me encanta EXPRESAR, mis EMOCIONES. Eso que siento dentro, a veces bueno, a veces malo, pero que me enseña cosas.
Cuando el conflicto es con alguien externo a mí, le digo lo que he sentido desde mi corazón (no desde el rencor, rabia o enfado). Honro mi emoción, no la tapo.
Cuando el conflicto es conmigo misma, lo escribo en mi cuaderno de pensamientos y, por lo tanto también LE DOY VOZ.
Lo peor que le puedes hacer a una emoción es pasar de ella, ignorarla y dejarla debajo del felpudo…para no sentirla. Ellas necesitan salir de la cueva, expresarse, y tú tienes el mágico poder de hacerlo.
Adentrarnos en nuestras emociones, puede que a veces no sea una experiencia agradable, nos suele dar pereza y preferimos no escarbar en lo más profundo de nuestro ser.
Sin embargo, esta es la clave para despertar tu autoconocimiento: comenzar a indagar hasta encontrar “el tesoro” (el porqué de esa emoción, su función). A partir de ahí, construir y crecer con ella de la mano.
Con amor,
Sil.
